Todo mundo esperaba el nacimiento del “Bebé Real” de Inglaterra, hijo de William y Kate Middleton, pero nadie espera el nacimiento del “Príncipe de Los Guaricanos”, en República Dominicana.
Resulta curioso y sin temor a equivocarnos, que el mundo entero está a la expectativa del nacimiento de la nueva criatura real en un centro médico de Londres, porque quizás, esto si es noticia, pero y qué de “Ñaño” que nacerá en la Maternidad de Los Mina; qué si uno nace en cuna de oro y el otro ni siquiera la tiene.
Eso no es nahhhh, Ñaño dormirá bajo el caliente zinc que cubre su casa, con un abaniquito prendido para combatir el calor y mantenerlo fresquecito, si es que hay luz, y un mosquitero parecido a una malla ciclónica. En cambio “El Bebé real”, con decenas de personas al servicio, si quiera una brisita le dará, un aire acondicionado todo el tiempo, ¡y cuidado! que tal vez nadie vea su rostro durante un buen tiempo, puede que para vender la exclusiva de sus fotos y ganarse unos chelitos, pero qué se le va a hacer “todo mundo lo espera”.
Mientras el buen Ñaño recibe algunos regalitos como un par de pañales desechables, ya que casi no se usan los de tela, un biberón para todo uso, un bobo y un par de ropitas de varios colores, al “Bebé real” claro que ya no le hace falta nada, pues debe tener ya su propio closet llego de ropa, ¡Eso sí, de marca ehhhhh!
¿Y qué? Si mientras varios sirvientes le llevan la comidita a la cama a la princesa para que no tenga que pararse, mientras la mamá de “Ñaño” tenga que esforzarse hasta para un fregaito y hacer el desayuno, sin importar si su parto fue natural o por cesárea.
Así es la vida, mientras el mundo sigue esperando al “Bebé real”, sólo la familia espera la llegada de “Ñaño”, el del barrio Los Guaricanos.